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PUBLICACIÓN NUMERO 3

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El método Pilates y el dolor lumbar

Es necesario primero que todo entender el dolor lumbar y sus causas, y luego dar la mirada hacia el método Pilates y su efectividad en cuanto al tratamiento del dolor lumbar, su efectividad, y en sí, como éste funciona en el tratamiento de esta afección tan generalizada en nuestro mundo moderno.

El dolor lumbar o lumbalgia, puede ser de tipo mecánico o lumbalgia mecánica, la cual se genera en la zona lumbar o parte baja de la espalda, y se caracteriza por un dolor que se aumenta con el movimiento y se disminuye con el reposo.

Estas lumbalgias pueden ser generadas por sobrecarga muscular, sobreuso o ser generadas por algún traumatismo y suele ser incapacitante en su fase aguda.

Las lumbalgias pueden ser de tipo:

  • Lumbalgia aguda: Se caracteriza por ser un dolor intenso sin irradiación, el cual se origina de manera brsuca, generalmente por sobreesfuerzos, y suele tener una duración de 12 semanas.
  • Lumbalgia crónica: Es un dolor en la parte inferior de la espalda, puede ser leve, y se acentúa con los movimientos y que tiene una duración superior a 12 semanas.

Según las características del dolor, las lumbalgias se clasifican en:

  • Mecánica: Cuyo dolor empeora con el movimiento y mejora con el reposo.
  • Inflamatoria: En cuyo caso el dolor empeora con el reposo y mejora con el movimiento.

Las causas de la lumbalgia mecánica son las siguientes:

  1. Traumatismo o lesión.
  2. Distención por sobrecarga.
  3. Problemas posturales.
  4. Hernia discal.
  5. Problemas anatómicos (Como genu varo o genu valgo en las rodillas, hiperlordosis, escoliosis, disfunción del sacro y dismetrías de miembros inferiores).
  6. Osteoporosis.
  7. Artrosis.
  8. Fibromialgia.

También pueden estar relacionadas o producidas por:

  • Espondilosis o espodilolistesis
  • Contusión muscular
  • Rotura muscular
  • Daño ligamentoso
  • Ciática aguda
  • Ciática crónica
  • Hernia de disco
  • Compresión radicular
  • Estenosis medular
  • Escoliosis
  • Enfermedad de Scheuerman
  • Espodilitis anquilopoyética
  • Estenosis raquidea
  • Tumores
  • Discitis

La pérdida de estabilidad o inestabilidad es una causa importante de dolor de espalda, a menudo desconocida, en particular a nivel lumbar.

La estabilidad clínica es la capacidad de la columna vertebral, para limitar los desplazamientos estructurales bajo cargas fisiológica con el fin de no dañar o irritar a la médula espinal y a las raíces nerviosas, y para prevenir la deformidad incapacitante o el dolor causado por esos cambios estructurales.

A pesar de los cambios de movilidad variados en la columna vertebral, la columna logra mantener la estabilidad en sus vértebras.

La inestabilidad es un aumento global de los movimientos de la columna vertebral, más allá de los límites normales, que va asociado a la aparición del dolor de espalda y/o radicular.

A través del método Pilates, se consigue estimular la musculatura profunda, tal es el caso de los músculos multífidos, los cual permite una mayor estabilidad de la columna, pues se logra un balance de la musculatura.

Durante actividades diarias la columna soporta cargas verticales de 500 – 100 Newtons, más de dos veces el peso del cuerpo, y con levantamientos hasta de 5.000 Newtons, cerca del 50 % de la carga máxima soportable.

Se estima que el 15 – 40 % de los casos de dolor lumbar crónico, son causados por las facetas articulares lumbares, debido a las tensiones mecánicas y la deformación progresiva de las articulaciones con activación de los nociceptores.

Las curvas sagitales fisiológicas de la columna vertebral, representan la respuesta evolutiva a las necesidades de la posición erecta y de marcha con un mínimo gasto energético.

La cifosis dorsal es la única curva sagital presente en el nacimiento, la lordosis cervical y lumbar se desarrollan con la bipedestación (Posicionamiento de la cabeza) y al caminar respectivamente.

La lumbalgia aguda es frecuente en los deportistas, y el 99 % de aquellos que padecen lumbalgia por primera vez, se recuperan en una semana o dos.

El dolor tipo difuso suele ser indicativo de somatización. El dolor irradiado que empeora cuando el paciente estornuda y que sigue un patrón dermatómico, sugiere el compromiso de una raiz nerviosa.

La debilidad o la disminución de la fuerza en las actividades deportivas sugieren paresia leve causada por el compromiso de una raiz nerviosa.

El comienzo gradual del dolor y la rigidez matutina tienden a señalar una enfermedad reumática (Inflamatoria).

Si el dolor aumenta con la extensión y no con la flexión, la causa puede ser una espodilosis o espondilolistesis.

Antes de empezar con un programa de entrenamiento o. de ejercicios como es el caso de Pilates, y siendo el caso de que padezca de dolor lumbar, siempre es necesario que acuda primeramente con el especialista, para que determine cual es el diagnóstico y si está en condiciones de realizar o no un programa de entrenamiento y cuando debería realizarlo.

En el caso de la lumbalgia mecánica, es tratamiento inicial consiste en guardar reposo de tres a cinco días, y la aplicación de medios físicos como la aplicación de frio, calor y de ser el caso la ingesta de medicamentos analgésicos, antiinflamatorios y/o relajantes musculares, eso sí con la prescripción del médico.

Luego se debe empezar a realizar un programa de ejercicios específicos enfocados en el fortalecimiento de la musculatura que tiende a debilidad y a recuperar la flexibilidad de los músculos que tienden a la rigidez, como los músculos de la espalda y en específico los de la zona lumbar tales como los erectores espinales, los cuales son de característica tónica, así mismo los cuadrados lumbares y fortalecer aquellos que tienden a la debilidad como lo son los músculos multífidos los cuales son los más profundos en la columna vertebral, y a través del método Pilates es posible fortalecerlos.

Se sugiere empezar con ejercicios de suelo básico, primero enfocándose en el fortalecimiento de la musculatura profunda del abdomen, como lo es el transverso abdominal, y realizar preferiblemente ejercicios respiratorio, en donde al realizar la exhalación se lleva el ombligo hacia la columna vertebral, junto con la activación del suelo de la pelvis y trabajarlos en diferentes posiciones:

  • De cúbito supino, con las piernas flexionadas a 90 grados
  • De cúbito lateral con las piernas extendidas y la cabeza apoyada en un brazo 
  • De cúbito prono, con las piernas extendidas y juntas, los brazos flexionados y con una mano sobre la otra y apoyando la frente frente sobre las manos, llevar el ombligo a la columna vertebral, tanto como sea posible y durante la exhalación, por 10 respiraciones completas.
  • Realizar basculaciones de la pelvis hacia atrás, desde la posición de cúbito supino y con ls piernas flexionadas a 9o grados, por 10 repeticiones.
  • Desde cuadrupedia, realizar el trabajo de extensión de un brazo y una pierna opuesta hasta la línea horizontal, por 10 a 15 repeticiones.
  • Realizar el movimiento del gato desde cuadrupedia, por 10 a 15 repeticiones.

 

Fuentes:

  • Lesiones deportivas, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación. Bahr Maehlum Bolic
  • Patología de la columna vertebral. J. Burgos, E Izquierdo, H. Sarramea. Editorial Panamericana.
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